Puede ser que la vida te haya puesto delante una situación desbordante que sea difícil de gestionar y esto te haga ver que necesitas ayuda de un profesional. Pero en otras ocasiones, será el propio peso del día a día el que no seas capaz de controlar. Notas que antes podías lidiar con esos problemas que te ibas encontrando, pero ahora te sientes desbordado emocionalmente y esto te bloquea. Estas dos situaciones tan distintas pueden llevarte al mismo punto: conectar con la idea de que necesitas ayuda psicológica.
En otras ocasiones, es tu entorno el que te da la voz de alarma y te recomienden pedir ayuda de un profesional. Esto puede ayudarte a conectar con esto que te pasa, pero es importante que sea la propia persona la que tome la decisión.
Puedes haber llegado a este momento por cualquiera de estos caminos aquí planteados (o por muchos otros) y ahora la situación puede empezar a preocuparte, pero esta misma preocupación también se ve inundada de pensamientos del tipo: “Será puntal”, “yo puedo con esto”, “se me pasará”, “tampoco es para tanto”. Estos pensamientos son muy normales pues todavía está muy extendida la idea de que ir al psicólogo es algo reservado para situaciones muy graves.
Por todo esto, tomar la decisión de acudir al psicólogo es muy complicado, pero quiero que sepas que decidirte a ir es un reflejo de tu capacidad de escucharte a ti mismo, un acto de respeto contigo mismo y una decisión muy valiente.
Desde el área de psicología de la Policlínica Los Millares te ofrecemos algunas claves para ayudarte a conectar con tus emociones, que te servirán de guía para tomar conciencia de lo que te está pasando y ayudarte a tomar la decisión correcta.
Crisis personal
Podemos vivir una situación que nos desborde y nos encontremos sin recursos para afrontarla. Algunos ejemplos pueden ser cualquier proceso de duelo (fallecimiento, ruptura sentimental, despido) o una situación de un gran impacto emocional como un accidente, desastre natural, malos tratos, etc. En este momento nos sentimos desbordados por las emociones y tenemos la sensación de no poder controlarlas.
Malestar emocional estabilizado en el tiempo
En otras ocasiones, el motivo de consulta puede ser todo lo contrario. La vida de la persona no ha sufrido ningún cambio significativo; sin embargo, la persona se encuentra desbordada emocionalmente en su día a día. En el momento en que la persona se conecta con sus emociones, aparece en ella la sensación de apatía, desánimo o vacío. Suelen aparecer asociados: miedos irracionales (a enfermar, conducir, salir de casa, etc.), cambios de humor, irritabilidad, culpabilidad o vergüenza.
Pensamientos intrusivos que te agostan
Muchas veces nuestros pensamientos son ideas o mensajes críticos hacia uno mismo (“Soy un vago”, “No valgo para nada”) o hacía los demás. Es frecuente darle muchas vueltas a las cosas y que esto nos haga dudar de cada decisión que tomemos, por pequeña que sea. Puede ser también que nuestra mente nos lleve a vivir constantemente pendientes del pasado o el futuro de manera compulsiva, olvidando lo único real que tenemos: el presente. Otra situación que puede estar pasando es tener creencias irracionales que nos limitan a la hora de enfrentarnos a distintas situaciones (“Con lo torpe que yo soy, no voy a ser capaz”, “con la vergüenza que me da hablar en público, como voy a aceptar ese trabajo”).
Pensamientos intrusivos que te agostan
Muchas veces nuestros pensamientos son ideas o mensajes críticos hacia uno mismo (“Soy un vago”, “No valgo para nada”) o hacía los demás. Es frecuente darle muchas vueltas a las cosas y que esto nos haga dudar de cada decisión que tomemos, por pequeña que sea. Puede ser también que nuestra mente nos lleve a vivir constantemente pendientes del pasado o el futuro de manera compulsiva, olvidando lo único real que tenemos: el presente. Otra situación que puede estar pasando es tener creencias irracionales que nos limitan a la hora de enfrentarnos a distintas situaciones (“Con lo torpe que yo soy, no voy a ser capaz”, “con la vergüenza que me da hablar en público, como voy a aceptar ese trabajo”).
Problemas para relacionarte
Somos seres sociales, por lo que, la manera que tengamos de relacionarnos con los demás es fundamental para nosotros. Puedes detectar en tus relaciones patrones que repites e impiden que tus relaciones se mantengan. O cuando conoces a alguien tiendes a no mostrarte tal y como eres porque la situación te genera mucha ansiedad, aparecen miedos, paranoias, etc. Las relaciones con la familia, también pueden limitar tu día a día e interferir en el resto de tus relaciones. Todo esto son algunos de los motivos por los que puedes evaluar y decidir acudir a terapia
Estas estresado y tu cuerpo te lo dice
Cuando estamos estresados nuestro cuerpo sufre las consecuencias: agotamiento, problemas de sueño, dolores musculares o estomacales. La gran mayoría de veces, estamos tan desconectados de nuestras emociones y nuestro nivel de estrés es tan elevado que no somos capaces de ver estas dolencias físicas como avisos de nuestro cuerpo para que nuestra mente pare.
Estos son algunos ejemplos de lo que puede estar pasando en tu día a día e identificarlos te puede ayudar a conectar con esas emociones para darte el empujón a tomar la decisión de acudir a terapia, pues en cualquiera de estas situaciones, el psicólogo puede ayudarte a reparar el daño y devolverte la estabilidad emocional.
Pero hay otros motivos por los que una persona decida acudir a un psicólogo sin que implique un problema o una situación difícil de gestionar:
- Para aprender a tratarnos mejor, aceptarnos y acompañarnos con amabilidad y respeto.
- Si deseas desarrollar tu inteligencia emocional.
- Cuando quieres afinar tu equilibrio mental.
- Para desarrollar habilidades de estar en pareja, comunicación.
- Para aprender a cuidar mejor a tus hijos.
- En momentos de cambios decisivos.
- Para incorporar rutinas y disciplinas positivas.
- Si deseas profundizar en tus anhelos y deseos vitales.
Con esto quiero reforzar la idea de que no sólo podemos acudir a terapia cuando nos encontremos con obstáculos en nuestro camino, también podemos ir para conocernos y aprender qué herramientas tenemos para afrontar todo lo que la vida nos pone en el camino.
Mi nombre es María Del Mar Ferrer, y como Psicóloga de Policlínica Los Millares puedo ayudarte a darle un vuelco a tu vida, a mejorar tus relaciones de pareja, a conseguir tus metas, mejorar tu autoestima y ganar confianza en tu vida.