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Gestionando tus emociones

Las emociones forman una parte esencial de nuestra naturaleza humana. Son necesarias para nuestra supervivencia y un gran recurso para VIVIR si las sabemos gestionar de una manera sana. Existen diferentes clasificaciones de las emociones, positivas o negativas (en función de cómo nos hacen sentir), primarias o secundarias (si llegamos a la vida con ellas y son puras, o si aparecen después y son mezcla de emociones primarias).

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Las emociones son maravillosas porque nos movilizan, pero cuando se exageran nos paralizan: euforia, depresión, fobias, odio, dependencia… En ocasiones, bloqueamos la expresión de nuestras emociones porque quizá en nuestro entorno, o por la educación recibida no se considere adecuado. En otras el bloqueo aparece debido a eventos traumáticos vividos. Cuando el trauma emocional persiste, construimos muros psicológicos que nos aíslan de las emociones dolorosas. Esta insensibilidad emocional, que evita pensamientos atormentados, recuerdos… puede parecer positiva, pero al igual que nos evita sentir el dolor emocional también nos separa del placer emocional, de los sentimientos de alegría, esperanza o amor. Nuestras emociones son un gran recurso cuando podemos ponerlas al servicio de nuestra vida, es decir, cuando podemos expresarlas, comprenderlas y actuar conforme a los “mensajes” que encierran. Poner las emociones al servicio de nuestra vida nos da PODER PERSONAL y eleva nuestra calidad de vida y la de las personas que nos rodean. El poder personal es el que nos permite enriquecer nuestra vida, dar a la vida lo mejor de nosotros mismos y establecer relaciones sanas con los demás.

La gestión de nuestras emociones implica poder expresarlas, comprenderlas y actuar conforme a los mensajes que nos cuentan.

EXPRESANDO MIS EMOCIONES

Para poder expresar mis emociones (dejarlas salir) es fundamental escuchar nuestro cuerpo: ¿en qué lugar de mi cuerpo siento la ira, la tristeza, el miedo…? ¿Qué sensaciones tengo?

Después buscar un espacio privado de contención que nos permita dejar salir nuestra emoción y autorregularnos.

En ocasiones nos cuesta aceptar las emociones que nos hacen sentir mal: miedo, tristeza, ira… Sólo dándoles el espacio que necesitan podemos pasar a comprender lo que nos vienen a contar.

COMPRENDIENDO MIS EMOCIONES Y LAS DE LOS DEMÁS

Para comprender nuestras emociones necesitamos dar respuesta a estas preguntas:

– ¿Por qué me siento así?

– ¿Qué creencia o creencias hay detrás de mis emociones? ¿Estos pensamientos se ajustan a la realidad o no? ¿Me ayudan a vivir? ¿Me hacen responsable de lo que siento o con ellas responsabilizo a los demás?

– ¿Me acepto y quiero de manera incondicional?

– ¿Qué necesito cambiar en mi mismo/a?

 

Las emociones ponen de manifiesto nuestras necesidades y todo aquello que precisamos sanar. Comprender es tomar conciencia de lo que necesitamos desde el corazón. Significa que puedo ver que creencias hay detrás de mis emociones y decidir con cuáles me quedo, cuáles flexibilizo y cuáles no forman parte de mi. Cuando podemos dejar ir con amor aquello que ya no forma parte de nosotros podemos cambiar nuestra actitud y nuestro modo de actuar.

Comprender como se sienten los demás implica responder a preguntas a las siguientes preguntas:

– ¿Cómo se sienten los demás? ¿Qué creencias últimas hay detrás de sus emociones? ¿Puedo comprender cómo se sienten aunque no lo comparta?

– ¿Acepto a los demás tal como son?

– ¿Qué necesito mejorar/cambiar en mi relación con los otros (pareja, compañeros de trabajo, amigos…)?

Comprender como se sienten las demás personas pasa por escuchar al otro mirando la vida a través de sus ojos y tratando de sentir como esa persona se siente. Para ello es necesario realizar una escucha profunda, es decir,  vaciarse de los propios pensamientos y sentimientos para recibir el mensaje del que habla, sin juicio. Se trata de comprender lo que cuenta el orador y cómo se siente.

ACTUANDO CONFORME A SUS MENSAJES

Preguntarnos posibles acciones que nos ayuden a alinear lo que sentimos con lo que hacemos, tanto en la actitud y comportamiento hacia nosotros mismos, como hacia los demás.

Una vez que sé lo que siento y lo que necesito tanto para mi mismo como lo que me gustaría cambiar de mi relación con los demás, puedo comunicar qué me sucede y pedir lo que necesito que la otra persona me dé. Pasos para comunicar de una manera asertiva:

  1. Pedir permiso para realizar una declaración emocional, buscando el momento adecuado.
  2. Expresar cómo nos sentimos: Causa de la emoción – Cómo te sientes -Consecuencias sobre ti del comportamiento del otro.

“Cuando tú…………..yo me siento…………… porque………………….”

  1. Dar a conocer nuestra necesidad, dando libertad para que la otra persona decida cubrirla o no.
  2. En caso de resistencia del otro, cambiar a una escucha comprensiva, sin luchar contra sus argumentos.
  3. Negociar una solución en la que ambos se impliquen y las necesidades de ambos queden resueltas.

Si sientes que te cuesta gestionar tus emociones o piensas incluso que son ellas las que te controlan a ti, quizás sea el momento de pedir ayuda. La mala gestión emocional puede ser producto de un posible trastorno psicológico, el cual debe ser tratado por un profesional. Solicita una evaluación inicial con nuestra Psic. Cristina Cano Mestres, quien te guiará y ayudará a gestionar tus emociones acertadamente y mejorar tu calidad de vida.

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